lunes, 19 de marzo de 2012

EN LA ESPERA









Le encantaba sentarse en los bancos de aquel paseo lleno de Platanus hispanicas, mirar esa especie de "baile" de sus ramas, y disfrutar de ese sol que despide el invierno...Cerró un poco los ojos, y de repente notó cómo alguien le rodeaba los hombros. Miró a izquierda y derecha, no había nadie...hacia arriba...una de las ramas había bajado y se había apoyado en su espalda. Tranquila, pensó, déjate llevar que ésto tiene que ser un sueño...y el árbol le empezó a hablar...


-Disculpa, es que mientras esperamos a que vuelvan las hojas nos sentimos muy solos...


-Entiendo, contestó ella, pero en fin, es el ciclo vital, el otoño se las lleva, inevitablemente...


-Eso es lo que cree todo el mundo, contestó él, pero se marchan ellas porque quieren, luchan por despegarse, por echar a volar aunque sea unos segundos, sabemos que es culpa de los pájaros, con todas esas historias que les cuentan sobre ser y sentirse libres.


Algunas -prosiguió-, las más impacientes, se retuercen y se lanzan a la menor ocasión. Pero otras, esperan a que se levante esa brisa que las haga volar, bailar, hacer remolinos, ir, venir, y con suerte, llegar al agua, y seguir la travesía, aunque sea unos minutos más.


Nosotros, las miramos con nostalgia, y anhelamos su regreso...Resignados, buscamos otros quehaceres que no sea cuidarlas, bailamos a nuestra manera, unimos las ramas con formas bonitas, deseando que les guste cuando regresen y no quieran irse más, pero...Algunos árboles, ciegos por la locura del abandono, intentan seguirlas, y quiebran el suelo con sus raíces...otros, nos alegramos de haber crecido junto a un banco, y esperamos que el sol empuje al humano a sentarse, a cerrar los ojos, y así, compartir sus sueños de primavera...

martes, 13 de marzo de 2012

EL VENDAVAL

Acuarela de Anselmo de Guinea, 1882

El 13 de Febrero, una joven (ejem...yo), luchaba contra la muchedumbre que llenaba la sala de exposiciones temporales del Museo de Bellas Artes de Bilbao. Se inauguraba una muestra de este pintor, del que conocía varios óleos suyos, también dibujos, pero no había visto ninguna acuarela.
Aturdida por los cambios de rumbo que me obligaba a dar esa marea humana, acabó mi cuerpo al lado de una pequeña vitrina en la que se mostraba un libro. Aprovechando el gentío, me agarré a esos cristales, a sabiendas que ese día los cuidadores del museo no me darían con la vara de la descarga eléctrica...Y..oh cielo santo qué maravilla tengo delante...Un cuaderno lleno de dibujos y pinturas, abierto por una página en la que se veía esta acuarela que Guinea le dedicó a su amigo el tenor, de origen humildísimo, Julián Gayarre. Ese...Viejo luchando contra el viento, me dejó sin aire. El libro, cedido por la Fundación Julián Gayarre de Roncal, contiene 39 hojas donde tanto Anselmo como Pradilla, Benlliure, Moreno Carbonero, Echena, Muñoz Degrain...dejaron su dedicatoria y su amistad en forma de arte para su compatriota Julián, cuando todos ellos coincidieron en Roma. De nuevo, tiempos pasados empujan un presente, con ejemplo y maestría.
Quién pudiera esconderse y admirar esas hojas, una por una...