Ayer me metí en esa máquina del tiempo que son las fotos antiguas que rescatas de los cajones. Este ver una imagen en papel en lugar de en una pantalla (aunque estén muy bien organizadas y en carpetas), y pasarlas de mano en mano, ir a la cocina a enseñarla, volver, hasta...llevársela a la vecina...llamadme nostálgica, pero...no tiene precio.
En casa siempre nos pareció gracioso el que hubieran sacado a mi padre de modelo en el tarjetón publicitario del restaurante parisino donde trabajaba, y ayer domingo me dió por rebuscar entre las fotos de esa época, y me pareció divertido hacer una especie de boceto de una de ellas, fué una forma de recrear el momento, pintando ese pelo cardado que llevaban las mujeres, esos ceniceros en las barras de los bares, ese gorro almidonado...Secuestré además uno de los libritos de cocina que compró mi padre a su vuelta, muchas de las recetas ya son complicadas de hacer, pues se elaboraban con manteca y otros ingredientes que están un poco en desuso. Pero el apellido de su autor, Jamar, también nos hizo siempre bastante gracia....
Hoy de relajo
Bon apetit!
Hace 8 años